lunes, 22 de agosto de 2011

I Jornadas de Rol y Juegos de Mesa de Huelva (III)

Estamos a lunes y ya quedan apenas cuatro días más para que el viernes dé comienzo algo que lleva gestándose meses en mi mente. Algo en lo que muchos han invertido un esfuerzo enorme, y otros han sacrificado parte de sus vacaciones con tal de tirar adelante con esto. Unas jornadas, aún siendo pequeñas, siempre suponen un gran esfuerzo colectivo. Y aunque todo tira, aún tenemos varias dudas que esperamos se resuelvan en los próximos días. Quién pensaba que esto podía dejar amarrado con una semana de antelación y relajarse para terminar de pulir sus partidas (yo) era un ingenuo de los buenos.

Sea como fuere, hoy voy a hablar de otro aspecto traído a colación durante el proceso de creación de las jornadas, como fueron el público objetivo al que habrían de realizarse las partidas. Como sabéis, no es lo mismo crear una partida preparada para nuevos jugadores que para otros experimentados que buscan dentro de lo simple, algo emocionante y a la altura. Pedro J. Ramos comentaba en la entrevista del mes pasado que es necesario encontrar un fin para las jornadas en tanto estén pensadas para un público novel o experto; en nuestro caso, podríamos citar las Tierras de Nadie, dónde arriesgándome y con ánimo de fallar, me atrevería a decir que el 90% de los asistentes que jugaron una partida de rol habían jugado bastante antes. Pero esto es una apuesta sobre seguro, y en Huelva teníamos más problemas para sondear esto.

En primer lugar, pensamos en qué personas asistirían al evento. Habida cuenta que la mayoría serían personas de nuestra ciudad y provincia (aunque hay casi confirmados que vendrán de Alicante, Córdoba o Sevilla) pudimos efectuar algún tipo de previsión no vinculante, concluyendo que la mayoría de los asistentes son personas que si bien han jugado a rol, tampoco cumplen su mayor parte un perfil de jugador experto. En este sentido, por tanto, buscamos un equilibrio, algo que nos encanta: tendríamos partidas de muchas ambientaciones diferentes, dispares entre sí, y buscaríamos con los turnos intentar algún tipo de complemento para todo tipo de jugadores: de esta forma yo, como ejemplo, llevo tres partidas a las jornadas: ¡Gañanes!, Aventuras en la Marca del Este y Eyes Only. Dentro del mismo, ¡Gañanes! busca ser un producto pensado para una partida de índole más abierta, distendida y que no requiera sino buenas dosis de humor y el mero hecho de echarnos unas risas. Está más orientada a un determinado perfil de jugadores. Con las otras dos, por mi parte busco un perfil diferente, acaso un público que persiga pasar un buen rato saboreando sistemas e historias con un argumento más atractivo, misterioso y hasta cierto punto, asumibles para pasar un rato bien saboreando el añejo D&D o encontrarse una partida llena de acción, intriga y mucho suspense.

El resto persiguen el mismo objetivo: tenemos por ejemplo Dark Heresy, que se nos ha unido a última hora, o Naruto, partidas muy diferentes entre sí pero que buscan un determinado público objetivo; por otro lado, tenemos partidas para los que gustan de una ambientación determinada, como Vampiro o La Llamada de Cthulhu, y partidas más genéricas pero que son perfectamente asumibles para aquellos que persiguen un argumento enrevesado y dónde prime la interpretación, como Un Asunto Polémico (Haunted House). 

Todo para todos. Esa es la premisa de estas jornadas, aunque de forma light. Si observáis las partidas en los enlaces de nuestras jornadas, veréis que si bien hay un gran número de clásicos en estos eventos, también intentamos proponer partidas diferentes, de sistemas y formas algo menos comunes pero que creemos son interesantes para este tipo de eventos: yo nunca haría una partida de Kult en unas jornadas, pero...¿por qué no Eyes Only? Creo que se pueden montar unas aventuras cortas excelentes y realmente interesantes: el problema es que el nombre para el aficionado común quizá eche un poco para atrás, por lo que es necesario que se dé a conocer en este tipo de eventos y atraiga al jugador más casual y menos metido en este mundillo.

Es repetir la fórmula que llevamos a los salones cuando colaboramos: de todo para todos. No creo que especializar unas jornadas que aún no han encontrado (y para eso hace falta muchos años) un perfil determinado sea algo que las favorezca, de ahí que nos lo tomemos como un salón. Me preocupa especialmente el bajo número de partidas que tenemos: es cierto que son dos en cada turno, pero estas pueden dar como máximo un número de 12 personas jugando a rol. Sí, es cierto que algunos pueden llevarse y montar allí sus partidas, pero esto es algo que posiblemente no ocurra (ojalá sí). También es cierto que no esperamos una asistencia inhumana, pero pienso que es algo que ya tendremos que arreglar de alguna manera para ediciones posteriores: bien pensado, esperamos que así sea. Las listas, que se abrirán el viernes, tienen visos de llenarse en un instante, sobretodo por lo hablado con algunos que ya han mostrado un incipiente interés por jugar a más de una.

Lo que más me alegra es encontrarme con socios por la calle mientras paseo y que me comenten el horario que se han montado ellos, entre torneos y partidas. Me alegra que me pregunten cómo serán determinadas partidas, o que me feliciten por la super tómbola que hemos logrado aunar. Eso es un significado claro de que hacemos las cosas bien. Hay expectativas, y con ellas, hay nuestro compromiso de satisfacerlas.

Y cada vez queda menos. Ya empiezo a ponerme nervioso.

2 comentarios:

  1. Suerte con las jornadas.

    Yo tenía pensado acudir porque me hace especial ilusión Naruto d10 en unas jornadas de rol, pero desde Alicante ninguna combinación autobús/ tren llega en menos de un día (lo cual suena muy sospechoso, pero la página de Renfe es lo que da) y cuatro días de viaje entre ida y vuelta es muy pesado...

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  2. Pues la verdad que si es extraño, pues alguno de nosotros hemos ido a Valencia desde Huelva sobre la marcha, y más o menos andan parejos.

    Ahora, eso sí: Huelva es Huelva. Con eso queda patente la pobre idiosincrasia de nuestra pobre ciudad.

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