miércoles, 28 de septiembre de 2011

De que difundir y promover el rol es algo necesario

Pequeña entrada esta para mostraros lo que el autor de Eyes Only, entre otros, Pedro J. Ramos, nos propone a todo aficionado al rol, una idea que ha llamado mucho mi atención y me ha permitido reflexionar sobre algo que siempre había pensado que sería la manera más interesante de abarcar un proyecto que sí diese un resultado veraz y palpable: http://veinticincohorasaldia.blogspot.com/2011/09/quiero-que-mi-aficion-crezca-una.html

Si lo habéis leído, me daré por satisfecho. Creo que si podéis aportar algo, hacerlo en su entrada sería lo más idóneo. Por mi parte, compartiré una pequeña reflexión con vosotros acerca de esto.

Ser presidente de una Asociación Juvenil no es fácil. Tienes que lidiar no solo con los intereses de la asociación, o de tu Junta Directiva, que tendrá otros objetivos y mecanismos, sino también con un ambiente hostil, máxime en nuestros temas, de parte de administraciones públicas, prensa, etc. Cuando uno vislumbra cómo quiere que sea la entidad que él mismo se va a encargar de coordinar, también debe saber que es un sueño pensar que todo saldrá como uno piensa. Al fin y al cabo, cuentas con más cabezas pensantes con las que deberás compartir trabajo, y que deberán responder a lo que se exige de ellas (si alguien conoce un lugar dónde todos lo hagan, me quito el sombrero). Finalmente, nada acaba saliendo como deseas del todo, y eso genera algo de desilusión, sobretodo si ves como con el tiempo tu proyecto va decayendo, como Pedro señala muy bien al comentar la supervivencia de este tipo de entidades. Las personas se cansan. Y eso es una realidad. Mantener las ganas del principio es algo que está al alcance de muy pocos, entre los que me incluyo. Hay que seguir luchando y tragando, y llegado el momento, llevar todo a un relevo generacional. La gente tiene compromisos e ideas, y algunos estamos más dentro que otros del proyecto que nos granjeamos al inicio.

Ese sería el escollo fundamental a la hora de montar una asociación. Los socios responden si les das actividades y les generas diversión, pues al fin y al cabo, pagan (o no) para ello. Dicho esto ¿cómo afrontar entonces la creación de una Asociación Cultural a nivel nacional que busque objetivos tan grandilocuentes y, a mi juicio, necesarios? Habría de existir, en primer lugar, una base sólida, con personas que se conozcan o no de antes, deberán comprometerse a trabajar juntos y echar horas: a estar motivados. A saber que están haciendo algo importante, que no revierte en beneficio alguno más que la propia sensación de estar haciendo un buen trabajo, algo yo diría bonito. Es mucho papeleo, son muchas llamadas, es mucha coordinación. Ese grupo sentará las bases de la que luego, con el tiempo, irán saltando las diferentes generaciones que velarán porque la entidad continúe su camino. Y lo hará si esas generaciones han aprendido, asimilado e incluso cuestionado lo que existía antes, a fin de mejorarlo. Eso en una asociación juvenil de cuarenta y cinco socios es complicado, pues son pocos. En una asociación cultural a nivel nacional que contase con un centenar de individuos que además saben que el objeto de este tipo de actividades no es tanto mantener como difundir, es más viable que todo continúe su camino.

Por ello, sigo pensando que la idea es excelente. Que no es necesario que los Iniciados se conozcan o sean del mismo lugar, aunque esto facilitaría las cosas, también podría provocar redes e intereses. Simplemente, hace falta un grupo de personas, más o menos formadas en esto, escritores, miembros veteranos, noveles, da igual: personas con ilusión, ganas, sacrificio, y verdadera pasión por lo que hacen. Esa es la clave para que esto salga adelante. Y puede hacerse, porque lo veo todos los días en la rolesfera española: lo leo en los blogs, lo veo en las opiniones, y lo siento entre los usuarios que aportamos nuestro granito de arena a esta afición.

¿Es necesario sacar adelante esta cuestión? No. No es un asunto de vida o muerte. Pero es algo que solo se puede observar como meramente positivo, algo que me atrevo a decir sentaría unas influencias y percepciones nuevas entre los ciudadanos de nuestro país: una forma de darle aquello que no tenemos. De llevar los juegos de rol a los lugares que siempre han tenido vetados. De mostrar que esto es cultura, que potenciamos la imaginación, las ganas de leer, reforzamos valores sociales, servimos como herramientas educativas...lo que el rol puede proporcionar no lo hace ningún deporte. Son cosas distintas, pero juegos al fin y al cabo. Y lo denostado que están en nuestro país no debe ser impedimento, al contrario: un revulsivo para que todos los aficionados nos unamos y demos lo mejor de nosotros, que mostremos lo que tenemos. Estoy convencido, como nos pasó en una actividad que hicimos en Julio con el Ayuntamiento (Verano Friki) que al igual que pudimos mostrar los juegos de rol a cinco chavales, que hay muchos ahí fuera que desean saber qué es esto. Quizá de ellos, el 30% se conviertan en jugadores habituales: y ya da igual pensar en dinero...es simplemente el hecho de estar perdiéndose algo increíble. Imaginaos entonces lo que conseguiríamos con algo a nivel nacional.

Sé que esta entrada deja entrever una enorme ilusión por mi parte que roza en muchos casos la imprudencia: soy consciente de ello, pero también de que la idea es muy buena. Es cuestión de organizarlo. Ya comenté que por mi parte poco tengo de famoso en el mundillo, de autor de rol y demás cuestiones. Pero me gustaría que entre todos, pudiéramos intentar llevarlo a cabo. Y yo, por mi parte, ya dejo claro que haré todo lo que esté en mi mano para ello, siendo miembro activo o pasivo de un proyecto que, creo, debería tirar.

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